El nuevo BMW Serie 1 cambia mucho más de lo que parece. Deja atrás la tracción trasera para entregar su fuerza a las ruedas delanteras.
- ¿Por qué es ahora el Serie 1 tracción delantera? Las claves.
El Serie 1 tracción delantera era inevitable
Y totalmente comprensible desde el punto de vista técnico y económico. Sin duda, se trata de un duro golpe para los puristas de la marca en particular y los entusiastas del motor en general. Se trata de un cambio anunciado hace meses por la marca que no era muy difícil de adivinar teniendo en cuenta que el actual BMW X1 también es tracción delantera, y mismamente el BMW Serie 2 Active Tourer nació como tal.
Sea como fuere, cada marca automovilística se relaciona con una serie de atributos, adjetivos y virtudes. La característica más identificable de BMW es su deportividad innata, y más en concreto con su tracción trasera, que otorga a sus modelos ese comportamiento y tacto tan dinámico que los retrata.
Afortunadamente, más de la mitad de la gama actual es tracción trasera o integral, pero este hecho es especialmente importante teniendo en cuenta que el Serie 1 representa la «entrada» a la gama y que esta característica era única en su segmento, puesto que todos sus principales rivales envían la fuerza a las ruedas delanteras –Mercedes Clase A, Audi A3 y Volvo V40–.
Por tanto, resulta, en principio, inexplicable que BMW haya tomado esta decisión. No obstante, hay una serie de razones de peso que la justifican plenamente, y que son las siguientes.
1. Cambio en las preferencias del consumidor
Esta circunstancia explica, en parte, todas las demás. El grueso del público objetivo de BMW poco tiene que ver con el de hace 30 años. Si bien antes un vehículo se concebía como una «máquina«, en el sentido más técnico del término, un coche ahora es un «artículo«. Esto tiene una consecuencia importantísima para los fabricantes a la hora de diseñar sus modelos. Actualmente al consumidor le interesan otras cosas, como la imagen de marca; el diseño; o la conectividad con nuestros teléfonos y todos los asistentes digitales que empiezan a desarrollarse.

Obviamente el tema técnico es importante. Pero en muchos casos ya no es tan determinante. Es más, recientes encuestas revelaron que un porcentaje considerable de poseedores de BMW desconocían qué tipo de tracción tenía su coche, cuando es, precisamente, uno de sus características principales. Por eso, aunque un sector importante de los consumidores potenciales se encuentren horrorizados ante el nuevo BMW Serie 1, la marca sabe que la mayoría de sus compradores no le darán importancia, o directamente no tendrán en cuenta este hecho.
2. Ahorro de costes
El mercado automovilístico está cambiando a pasos agigantados, y en muy poco tiempo. Día a día se suceden noticias sobre adquisiciones de marcas por parte de los grandes grupos automovilísticos. El caso más reciente lo representa el Grupo Renault y El Grupo FCA –Fiat y Chrysler–, que prevén su fusión para convertirse en el tercer fabricante mundial por volumen de ventas. Esto se explica en que cada vez es más difícil ser rentable. Y la mejor fórmula económica para lograrlo pasa por aprovecharse de las economías de escala, es decir, «ser más grande».
Por estas razones, los fabricantes se alían para compartir plataformas, motores y componentes entre sí. El nuevo BMW Serie 1 tracción delantera podrá utilizar la misma plataforma que los BMW Serie 2 Active Tourer y que el BMW X1. Es decir, una plataforma para, –de momento–, 3 modelos, en lugar de una propia para cada uno de ellos. El ahorro en costes y en logística interna es, por tanto, muy notable.

3. La tracción trasera no es necesaria
Normalmente, la tracción trasera se asocia a motores dispuestos longitudinalmente, es decir, «a lo largo» del coche. Se trata de bloques de gran cubicaje, con un gran número de cilindros –normalmente, más de 6–, y, por consiguiente, con un gran volumen físico. Su disposición transversal, a lo ancho del coche, no sería posible por razones de espacio.
No obstante, estamos asistiendo a una época de downsizing, donde los fabricantes emplean motores de cilindrada muy reducida pero sobrealimentados con turbo para conseguir los mismos niveles de potencia que con un motor de gran cilindrada.

¿Por qué los fabricantes están reduciendo su cilindrada? Porque significa unos menores consumos –no mucho menores, en la práctica–. Pero, sobre todo, facilita mucho cumplir con las cada vez más exigentes normativas de anticontaminación. En realidad, las exigencias medioambientales, junto con la era digital, determinan toda la industria automovilística en su conjunto.
El nuevo BMW Serie 1 equipará motores de 3 y 4 cilindros, excepto la futura versión M, que, salvo sorpresa mayúscula conservará un propulsor de 6 cilindros. De este modo, no tiene lógica mecánica disponer el motor longitudinalmente, pudiéndose prescindir, de esta forma, de la tracción trasera.
4. Un tracción delantera puede ser muy deportivo
Renunciar a la tracción trasera no significa que el BMW pueda ser igual de deportivo que antes. De hecho, todos sus rivales directos son de tracción delantera y algunos de ellos son consagrados deportivos. No hay más que ver al Honda Civic Type R; el Mercedes A45 AMG; el Renault Megane RS; o el Hyundai i30 N Performance. El chasis, la caja de cambios, la suspensión, la dirección, la gestión de la potencia del motor, el reparto de pesos… son solamente algunas de las variables que influyen en el comportamiento deportivo de un coche. Y en BMW son especialistas en conseguir ese tacto tan dinámico que siempre les ha caracterizado.
Ahora bien, al igual que el mejor motor de 4 cilindros no puede emular el refinamiento de uno de 6, la tracción delantera no ofrece el mismo resultado que la propulsión. Es cierto también que las diferencias no son flagrantes. Probablemente, la mayoría de conductores no serán capaces de notar las diferencias, pero no es lo mismo. Quedará por ver si el nuevo BMW Serie 1 puede considerarse un auténtico BMW.